El día de hoy ha dado comienzo la cuenta regresiva y con ello el hacer mi maleta. En mi cama hay una pila de ropa para invierno, cuadernos, libros y hojas por doquier. Tiro lo que ya no necesito y guardo lo que aún tiene razon de tenerle. En eso, me detengo... y en la quietud de mi cuarto me descubro preguntándome: ¿Qué quiero llevar yo conmigo? Ante ello una oleada química surge debajo de mi corazón. Descubro a mi mano anhelando ser tomada por otra. Respiro y me doy cuenta que viajo libre. Hoy la vida me mostró lo que pedí ver.
Demasiado tarde. Ahora, debo de partir y tras el acto pedir al Sol y a la lluvia que mantengan en buen estado a la planta.
Momento. Respiro y lleno mis pulmones. Ya es tiempo. Dejo ir lo que nunca fue mío ni lo habrá de ser. Camino. Vivo. Vuelo. Y al volar descubro lo que realmente soy: un águila sin dueño y que vuela libre por el cielo en la busqueda de sí mismo.
