Un pequeño as de luz penetraba por un pequeño orificio, iluminando el
abrumado rostro de una joven, que se hallaba recostada en la pared tratando
de sincronizar el ritmo de su desesperada respiración. Era difícil respirar
aire puro, el ambiente estaba lleno de neblina que sólo hacia recordar el
estruendoso ruido de los misiles y bombas que azotaban cada hora.
Es triste contar esta historia, pero más triste quedar callado. Mi nombre es
Völk Nirmaend y soy un descendiente de los seres humanos. Esta historia ha
sido contada por generaciones, mas no han entendido el verdadero significado
de ella, espero que ustedes lo entiendan.
La joven cansada de sentir la presencia de la luz en su rostro,
movió su cabeza hacia el otro lado, abriendo la boca para escupir polvo. Su
mirada, como dos soles enormes, hablaba por ella, aquella mirada llena de
fuego veía como su mundo caía lentamente por sus propios habitantes. El
brusco movimiento de su cálido rostro hacia el suelo, hizo caer sus
delicados rizos hacia enfrente, tapándole su mirada. De pronto, dejo de
entrar luz, el ruido ceso, el tiempo detuvo su marcha y el reloj de la vida
dio su último movimiento.
El cantar de los pájaros, la brisa a través del campo, la luz en
todos lados, hicieron del paisaje, un paraíso inesperado. La tranquilidad
del lugar emanaba por todos lados, la armonía que se sentía hacía vibrar el
alrededor. Una melodía empezó a sonar, y por fin la joven despertó de su
sueño. Lentamente abrió los ojos y un destello de mariposas salió de un
campo de flores.
Se cuestionó del lugar, no entendía que hacía en ese paraíso,
trataba de no creer que había muerto, sin embargo ya no deseaba irse del
lugar, era belleza pura lo que le rodeaba.
Tras haber admirado el horizonte por un largo tiempo, la joven se
levantó, provocando que sus rizos tambalearan hacia los lados y que sus ojos
destellaran una imagen del paisaje. A lo lejos se alcanzaba a divisar un
cálido hogar, donde otros seres compartían sus vivencias y formaban algo
único de esa raza, la familia. Mientras caminaba hacia el hogar aún dudaba
de su realidad, no entendía por que había estado sufriendo y de pronto había
despertado en ésta, su nueva morada.
Las carcajadas, algo único de esta especie, no se hacían esperar;
a lo lejos tres pequeños que jugueteaban con una perrita no paraban de reír.
La joven avanzó lentamente y repentinamente hubo destellos de imágenes de
terror en su mente, atemorizándola y causándole que se desmayara antes de
llegar. Los niños corrieron asustados por la escena nunca antes vista, y el
padre salió con la escopeta bien cargada, como símbolo de protección para su
familia. El hombre la levantó del suelo con tanta ternura, como si fuera su
hija, que su cabeza quedo recostada sobre el hombro.
Las caricias de una pequeña, que se encontraba a su lado la
hicieron despertar. La joven abrió lentamente los ojos hasta encontrarse con
los de la niña. Se desconcertó, al notar que se encontraba enfrente de ella
misma, pero sólo fue un pensamiento que le despertó la imaginación.
En ocasiones me preguntó el por que de nuestra existencia, la razón de
nuestros errores y por que todo es una armoniosa tempestad. Nunca he llegado
a descubrir la solución a mis preguntas, sin embargo sé que no tengo
necesidad de saberlo por que esa respuesta sólo la obtendre cuando llegue a
mi destino, al final de mi existir.
Todo oscureció repentinamente, el dulce cantar de los pájaros
acabó, el suave tambaleo de las flores terminó y fue cuestión de unos
segundos para que la joven volviera a su realidad, a esa tormentosa realidad
que hemos creado, y que es decisión de nosotros volverla alegre y tranquila.
De sólo imaginarme lo que sería ver a mi planeta, al lugar donde nací y
crecí, de donde vienen mis únicos recuerdos, ser destruido no podría
soportar la impotencia provocada por el hecho, y sería capaz de todo.
Un resplandor de luz azul, proveniente de afuera, despertó a
la joven que con la poca energía que le quedaba se levantó lenta y
cautelosamente para no lastimarse. Empezó a caminar, con la frente hacia
abajo y su espalda encorvada como la de un anciano. Llegó a la puerta que se
encontraba toda rota y con empujarla suavemente cayó al suelo. De pronto se
escucharon gritos por todos lados su cabeza se inundó de ruidos y sentía
como si le dieran punzadas en la parte trasera de su cabeza. No resistió más
y cayó al suelo, desesperada se golpeo una serie de ocasiones la frente con
el suelo, hasta dejar de escuchar ruidos y dejar de sentir aquellas
punzadas. La entrada de la puerta daba hacia su rostro, por tanto ella podía
observar lo que sucedía afuera. De pronto pasaron en una serie de tanques
modernos un pelotón de soldados, gritando que ya era el fin del mundo, pues
había rumores que los países empezarían a utilizar bombas nucleares y
bacteriológicas. La joven observó claramente las miradas de los soldados, y
vio que ya no tenían esa esencia de los humanos, eran como simples robots,
haciendo lo que les corresponde.
Su mirada quedo tiesa por horas sólo viendo y pensando lo que
ocurría. Volteó hacia arriba y no encontró el tiempo necesario para
comprender el significado de la existencia, sin embargo, cuando volteó hacia
abajo si encontró el tiempo necesario para comprender los resultados de
nuestra existencia. Sólo quedaba ella en el pueblo en el que se encontraba.
La soledad era su mejor acompañante, había aprendido a vivir con ella misma,
a no tener necesidad de estar acompañado. Entendió que el camino que llevaba
la humanidad es el equivocado, pero que ya no hay tiempo para corregirlo, la
superficie del planeta estaba totalmente deshecha y sólo quedaban seres que
no sabían el daño que habían hecho. De pronto empezó una cálida melodía, una
melodía que nunca antes la había escuchado, era la melodía de la vida, que
ya estaba acabando y junto con ella la de los seres humanos. Repentinamente
ceso el ruido y todo quedo paralizado por unos segundos
la joven cerro los
ojos y pensó que ya estaba lista para irse del planeta, de pronto sólo
sintió como algo la levantó del suelo y como su cuerpo se convertía en
partículas que el viento se las llevaba. Por fin, podría descansar
eternamente y podría estar con sus seres más queridos. Y como último
pensamiento se dijo a si misma:
- Por fin he comprendido el por que de nuestra existir, el por que
de nuestros errores y el por que de mi destino
espero volver a tener la
oportunidad de poder vivir y aprender a estar con mi realidad
Esas fueron sus últimas palabras, mas esas fueron las primeras palabras que
nacieron de su corazón y crecieron en su mente. El tiempo no existe, cada
ser tiene su propio ritmo y debemos aprender a vivir con él. Espero que
estas palabras hayan servido para no hacer la guerra con los demás sectores,
ahora sólo queda escuchar su decisión.
20/Nov/2002