lunes, junio 6

ángeles...

Los ángeles son parte de nuestra vida diaria, son los guías que nos susurran
al oído que camino tomar, sin embargo siempre la responsabilidad de decidir
cual camino tomar recae en nosotros, ya que somos nosotros los que formamos
nuestro destino. Hay varios tipos de personas, los que le toman importancia
a las sugerencias, los que no quieren escuchar, y los que escuchan pero
pareciera que no hubieran escuchado, por que no creen en esa parte de si
mismos. Pero y ¿a qué viene todo esto?, todo esto lo comento por que tuve
una experiencia muy particular en la preparatoria, que me hizo sentirme
seguro de su existencia y protejido por ellos.

Todo sucedió, hace alrededor de un año y medio, en una tarde con escasas
nubes, un cielo anaranjado con matices violetas, las manecillas del reloj
detenidas justo antes de dar las siete. Todo parecía indicar que sería un
día normal, nada fuera de la monotona rutina preparatoriana. Un esférico
balón de fútbol volaba lado a lado en aquella cancha de cemento, una
inspiración por jugar lo mejor posible yacía en mi. Me dirijia a quitarle el
balón a un amigo cuando a poco menos de un metro de distancia entre los dos,
golpeó la pelota con tal fuerza, como si en ese preciso momento la gravedad
hubiese aumentado y hecho más pesadas las cosas, de tal manera que la pierna
hubiera hecho tal esfuerzo por mover y golpear el balon ante tal campo de
fuerza, que justo antes de pegarle al esférico, la gravedad hubiera vuelto a
la normalidad, logrando asi proporcionarle un impulso enorme a la bola para
que esta al iniciar su veloz trayectoria golpeara la parte más delicada del
hombre, así es, lo que tienes en mente, justamente en esa parte recibí el
impacto. Sentí como si yo fuera el Titanic chocando ante un enorme iceberg y
como poco a poco me iba hundiendo en el dolor, en un enorme dolor, perdí el
aire, no hallaba la forma de eliminarlo, sentía que tal vez habia perdido la
facultad de poder procrear y ser padre, en ese preciso momento, recé, pedí
ayuda, sentía que no podía, mis ojos se humedecian, y fue en ese instante
cuando me dí cuenta que mis plegarias se habían escuchado, sentí la
presencia de una persona que me miraba, la busque con mis ojos, y la hallé.
Bajaba unos escalones, era un señor con aproximadamente unos cincuenta años,
alguien totalmente desconocido para mí, y se acercó y me preguntó si me
dolía, por alguna razón confiaba en él, me sentía seguro, y le contesté que
si, me preguntó que si dónde había recibido el golpe, y le confesé que en la
parte más débil, en los testículos, tranquilamente se acercó a mi, y me
pidió que cerrará los ojos, todos a mi alrededor se quedaron extrañados por
mi conducta, por que como ante alguien extraño estaba permitiendo que me
estuviera tocando, pues puso su mano al lado izquierdo del ombligo. El
tiempo transcurría lentamente, el viento se encontraba estático, y justo en
ese instante, empecé a sentir como el dolor manifestado como una energía
comenzaba a viajar a través de mi cuerpo, subiendo lentamente de los
testículos hasta donde tenia su mano el señor, sentía tanta paz, en el
preciso momento que había dejado de dolerme me preguntó: "¿ya no te duele
verdad?", con gran asombro y mucho agradecimiento le dije que ya no me
dolía, le miré a los ojos, y me dijo "no te preocupes ya no te va a pasar
nada, sigue jugando, seguiré mi camino, nos vemos..."
Le agradecí su acto, y con una enorme sonrisa en mi rostro, voltié hacia mis
amigos y seguí jugando inspirado por un acto divino, agradecido con la vida
y con los ángeles que me cuidan. Y desde ese momento, noche con noche les
agradezco cada detalle que tienen conmigo, espero que un día tú lector
puedas experimentarlo, y puedas sentir mis palabras como yo he sentido el
momento. La vida está llena de amor y en ella hay magia, que sólo tú como
mago y como ser seguro de sus capacidades ilimtadas puede efectuar.
Seguridad ante todo, amor como fundamento y tus sueños habrás de hacer
realidad.

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