Ayer en una carne asada, lejos de mi hogar, en el rancho de un amigo, bajo
la luz de la luna se encontraba una prueba ante mí. Amarrado un cable a un
tubo a una altura aproximadamente de 5 metros, cerca de una pequeña
plataforma que permitía tomar un artefacto en forma de U que era parte del
sistema compuesto por una polea que se deslizaba por el cable cuyo extremo
opuesto estaba amarrado a otro tubo de menor altura (aprox 1 m), ambos
tubos separados por unos 50 metros. El escenario perfecto, para una prueba,
cuyo objetivo era enfrentar el miedo, por simple que parezca, el miedo es
uno de los enemigos que mas trabajo nos cuesta vencer, tanto así que muchas
veces cargamos con él a lo largo de muchas vidas.
Ahí me encontraba yo, parado en la plataforma, bajo mis pies: mis amigos
echándome porras, bajo el cable: yo y mis manos sudadas. Por más simple que
parezca, cuando el miedo está despierto en ti alimenta de tal manera la
mente, que cada segundo que pasa se vuelve más difícil lograrlo. Cedí ante
el miedo, bajé de la plataforma y me encaminé hacia mis amigos derrotado. De
pronto, en lo más profundo de mi ser despertó aquel ejército capaz de vencer
al miedo en todo momento, el amor a vivir. Decidí subir de nuevo a la
plataforma, y esta vez vencer al miedo. Dentro de mi ser, dos enormes
batallones luchaban a vida o muerte. Sujeté con fuerza el artefacto, y me
dije a mí mismo, "no importa lo que me pasé yo quiero vivir esto", y en ese
momento... salté a la libertad eterna, al abismo de ideas, a la felicidad, a
lograr mis sueños. Fue una de las experiencias que más me han dejado en los
últimos años, una experiencia que me dio fuerza para vivir con mayor
intensidad, para sonreír y para tocar el suelo y amar a la vida, gritar y
sacar de mí todos los miedos, vencer todo obstáculo, no tener nunca límites.
Fue tanta mi emoción, que me volví a subir y esta vez lo disfrute aún más
que la primera, fue fenomenal. Una gran noche, una gran experiencia que me
ayudará a vivir y a ser mejor en todos los aspectos, un viaje me espera, y
al final del camino habré de dar un salto a la libertad, para continuar en
la eternidad.
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