viernes, septiembre 9

autobiografía (parte I)

Era 1985, yo me hallaba aún dentro de mi mamá cuando ocurrió un evento que
marcaría una nueva etapa en México, el terremoto del 85. Mis papas vivían en
un departamento, cuando ocurrió el terremoto fueron los únicos que
permanecieron dentro del edificio, todos los habitantes del edificio
pensaban que ya estaban muertos o lesionados, para mi mamá fue un susto
horrible, y no sólo para ella, sino para mi también, eso marcó mi vida.
Cuatro meses después del terremoto, a tan sólo unas semanas de mi
nacimiento, mi papá le compró 5 kg de ciruelas pasas a mi mamá (para esto mi
mama quería que yo naciera en Los Mochis, Sinaloa) y mi mamá tuvo tanto
antojo que en una misma tarde se comió los 5kg, esto provocó que tuviera que
ser hospitalizada de emergencia, y le advirtieron que tanto ella como yo
podríamos morir. Y que no podría salir de viaje por ningún motivo.
Era 4 de Febrero de 1986, 2:00 a.m, mi mamá y yo nos encontrabamos en la
sala de partos, el doctor le advirtió a mi mamá que yo podría morir al
nacer, o que ella podría morir cuando yo naciera, o que los dos podríamos
morir o que se diera el caso de que los dos nos mantuvieramos vivos, parecía
que el mundo no me quería dar una buena bienvenida, mi mamá sin más remedio
rezó por que ambos pudieramos resistir y permanecer con vida, y en su
oración le pidió a Jesús que yo lograse vivir, y que si eso sucedía en su
honor yo tendría su nombre, y por fin la vida me aceptó en su mundo, y entre
por primera vez a esta realidad, eran las 2:20 am, y recibí mi primer
nalgada, pero me tuvieron que enviar a la incubadora, por que tenia ciertos
problemas. Después, a la hora del lunch, mi mamá aún no tenía lista la
leche, por lo que una señora que ya tenía leche se ofreció a darme de comer,
jaja creo que después de que tomé leche, ella deseo no volver a dar leche,
por que tenía tanta hambre, que cuando me le acerqué la mordí muy duro.
Gracias señora por darme de comer, gracias vida por aceptarme, gracias Jesús
por permitirme seguir con vida. Me ha contado mi mamá que ella nunca logró
verme cuando nací, y que tenía mucho miedo de que me fueran a cambiar por
otro bebé, y dice mi papá que cuando me vió por primera vez se sorprendió de
ver en mí unos ojos tan grandes, era igualito a mi mamá.
Cuando llegó el día del registro de mi nombre, todo lo estipulado era Ulises
Saldaña Salazar, por que mi papá no sabía que tendría otro nombre, pero como
mi mamá no le quizó decir, cuando ya me iban a registrar le pidió a mi papá
que fuera por unos papeles al carro, y cuando el regresó mi nombre ya había
cambiado a Ulises Jesús Saldaña Salazar.

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