sábado, septiembre 17

el circo (parte I)

I.El despertar

Aquel día en el que desperté, mi conciencia era otra, tenía claro mi
destino: quería ser cirquero. Emocionado, con una gran sonrisa en mi rostro,
con un brillo de sol en mi mirada y mis dientes resplandecientes, salí de mi
cuarto decidido hacer noticia el trayecto tan inesperado que tomaría mi
vida. Caminé a través del pasillo que llevaba de mi cuarto al comedor, dónde
estaban mis padres tomando un café. Mi papá con un trozo de pan en su boca,
y el periódico abierto frente a él por sus manos, mi mamá viendo una revista
de sociedades, informándose de lo que ocurría en otras familias, mientras
que en la suya su único hijo estaba a punto de partir a otro mundo, a nuevas
experiencias, a formar su destino, un destino que no había sido contemplado
para mí. Se requiere de mucho valor para ser capaz de desprenderse del
control que unas personas tan autoritarias, como lo eran ellos, tienen sobre
uno. Llevaba cinco minutos parado frente a ellos, y aún no me notaban, lo
único que les importaba era llevar a cabo sus intereses.

-Les tengo que decir algo importante -murmuré en voz baja, tratando de no
interrumpir-, hoy he descubierto que es lo que quiero ser, he tenido un
sueño en el cual era el mejor mago del mundo y que trabajaba en el circo de
"las siete maravillas", ustedes saben que es muy respetada la gente que hay
en ese circo, no cualquiera entra en él, y yo quiero hacer la prueba.

Atónitos mis padres, no parpadearon por casi un minuto, y cuando por fin se
le ocurrió decir algo a mi padre, soltó el bocado de pan sobre la mesa, y me
habló en voz alta:
-Deja de decir cosas sin sentido hijo, tu bien sabes que tu destino es ser
doctor, y encargarte de mi consultorio. Así que no quiero hablar más sobre
el tema, vete a tu cuarto.

-Pero, papá...

-Ya oíste a tu padre -interrumpido bruscamente por mi madre- vete a tú
cuarto.

Bajé mi rostro hacia los mosaicos blancos del piso, me voltie y comencé a
caminar hacia mi cuarto, cuando en mi mente un grito de guerra me hizo
detenerme y con seguridad regresar ante mis padres.

-Nunca pensé que habría de recurrir a esto, pero no quedándome más remedio
me tendré que ir de la casa -les comenté más seguro que nunca-.

-¡ES LA PRIMERA Y ÚLTIMA VEZ QUE TE OIGO DECIR ESO!-me gritó mi padre- si lo
vuelves a decir, tendré que llevarte al cuarto de los miedos -lugar oscuro
en el que desde niño me encerraba y me abandonaba por días y en ocasiones
hasta por semanas sin darme comida- para encerrarte otra vez.

-No, papá, esto ya no puede seguir así, soy otro, todo ha cambiado, he
decidido luchar por mis anhelos, por mis sueños, por que sé que tengo las
capacidades y el amor para lograrlo, con o sin ustedes. Así que con tú
permiso, tomaré mis pertenencias y emprederé mi viaje.

-¡ESTO ES EL COLMO! ¡VETE A TU CUARTO EN ESTE INSTANTE! - levantándose de su
silla mientras rápidamente se quitaba el cinturón del pantalón-

-Eso es lo que te has ganado hijo, por sublevarte ante la autoridad de tu
padre - me comentó mi madre-.

Mi cuerpo comenzó a llenarse de adrenalina, mi instinto animal comenzó a
despertar, esta vez no huiría de mi padre, lo enfrentaría aún a costa de
poner en riesgo mi propia vida, yo era otro, no volvería a ser humillado. El
haber tenido en mi el semblante de defensa, provocó que mi padre me temiera,
y se retractará de golpearme.

-No quiero volverte a ver en esta casa, ¿está entendido? -me dijo
fuertemente mi padre- vete de cirquero, para mí ya no eres mi hijo, hoy lo
has dejado de ser, no quiero volver a verte en mi vida, ¿entiendes?, me has
deshonrado a mí como a tú madre, eres lo peor que nos pudo haber pasado,
desaparece, ¡DESAPARECE! -con lágrimas en los ojos, cuyo significado era que
detrás de aquella frialdad que siempre había mostrado ante mí, había un
cariño, un amor por su hijo, su único hijo-.

Tomé mis cosas, y salí por aquella puerta, la puerta que dividía a la
esclavitud de la libertad, la puerta que posiblemente nunca volvería a ver.
El haber puesto mi pie fuera de aquella casa, fue tan sólo el primer paso de
muchos que me esperarían para lograr mi sueño, mi anhelo de ser mago y
pertenecer al circo "las siete maravillas".

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